La crisis climática es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Sus efectos se hacen sentir en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la pesca, una actividad vital para la seguridad alimentaria.
El término crisis climática hace referencia al fenómeno del cambio climático y el calentamiento global y sus efectos negativos. Según un artículo de 2020 publicado en la revista BioScience, este término se ha usado para alertar sobre el riesgo que supone el calentamiento global para la vida en el planeta.
“La crisis climática tiene su origen principalmente en las actividades humanas que liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el metano y el dióxido de carbono, que retienen el calor en la Tierra, provocando un incremento anormal y peligroso de la temperatura global”.
Este fenómeno afecta a los océanos y a la vida marina de diversas maneras, como el aumento de la temperatura, la acidificación y la desoxigenación de las aguas, y los cambios en las corrientes oceánicas, factores que alteran la distribución, la abundancia y la productividad de las especies pesqueras, así como la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos.
Los océanos son capaces de absorber el 93 por ciento de calor que se acumula en la atmósfera de la Tierra y una cuarta parte del dióxido de carbono (CO₂) que liberan los combustibles fósiles, por lo que juegan un papel fundamental en la dinámica climática.
De acuerdo con el biólogo marino, de la Asociación de Biología Marina del Reino Unido, Dan Smale, se estima que el número de olas de calor marinas ha incrementado en más de un 50 por ciento en los últimos 30 años y se prevé que para 2100, la temperatura de los océanos se incremente de 1 a 4 °C en todo el planeta.
2023 el año más caluroso
Las temperaturas globales del 2023 aumentaron categóricamente, siendo el año más cálido en la Tierra en 174 años. El aumento de la temperatura de agua marina y la alteración de factores de gran importancia como la acidez del agua llevó a una caída estimada del 4,1 por ciento en las capturas sostenibles, en promedio, para muchas especies de peces y mariscos entre 1930 y 2010.
El estudio denominado “Impactos del cambio climático en la pesca” y publicado en la revista Science, por un equipo de expertos de la de la Escuela Bren de Ciencias Ambientales y Gestión de Bren de la Universidad de Santa Bárbara, deja en evidencia estos impactos del calentamiento global en la productividad pesquera mundial.
Los autores de esta investigación calculan que el cambio climático se ha reducido ya en un 15 por ciento los recursos pesqueros. Además de demostrar que la crisis climática puede conducir a una redistribución a gran escala del potencial de pesca global, con un aumento promedio del 30 por ciento en las regiones de alta latitud y una caída de hasta el 40 por ciento en los trópicos.
Pesca en las costas venezolanas
La pesca es una actividad económica y social importante para Venezuela, que cuenta con más de 2.800 km de costa y una gran diversidad de especies marinas. Sin embargo, la pesca se ve amenazada por los efectos de la crisis climática, que está provocando alteraciones en los océanos y en los ecosistemas costeros.
Conforme a investigaciones de distintas universidades del país, se estima que la temperatura media externa en Venezuela ha aumentado cerca de unas 76 centésimas de grados Celsius desde finales del siglo XIX, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano. Este aumento de temperatura tiene impactos como la elevación del nivel del mar, la acidificación de las aguas, la desoxigenación, el cambio de las corrientes marinas y el aumento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos como tormentas, inundaciones y olas de calor.
Estos impactos afectan negativamente a la pesca, ya que alteran la distribución, la abundancia, la salud y la calidad de las poblaciones de peces y sus alimentos. Algunas especies pueden migrar hacia zonas más frías o profundas, otras pueden disminuir o desaparecer, y otras pueden invadir nuevos hábitats.
Estas variaciones suponen un reto para la gestión sostenible de la pesca, que debe adaptarse a las nuevas condiciones y reducir la presión sobre los recursos. La pesca sostenible implica respetar los límites biológicos de los peces, evitar la sobrepesca, minimizar el impacto ambiental y social, y garantizar la equidad y los derechos de los pescadores, especialmente de los pequeños y artesanales, que son los más vulnerables a la crisis climática.
Alianza pesquera-técnica
Ante este escenario, es necesario contar con información científica confiable y actualizada sobre el estado de los recursos pesqueros y los impactos de la crisis climática en las zonas costeras de Venezuela.
Por esta razón, se ha creado una nueva alianza entre científicos y pescadores venezolanos, que busca generar y compartir conocimientos sobre los indicadores de la crisis climática y las posibles soluciones para adaptarse y mitigar sus efectos.
El objetivo de esta alianza es desarrollar un sistema de monitoreo participativo, que involucre a los pescadores en la recolección y análisis de datos sobre las condiciones ambientales, las especies capturadas, los ingresos y los costos de la actividad pesquera.
Además, la alianza busca promover la capacitación y el intercambio de experiencias entre los pescadores y los científicos, para fortalecer sus capacidades técnicas, organizativas y comunicativas.
La alianza entre científicos y pescadores venezolanos es una iniciativa innovadora del Gobierno Nacional para trabajar en conjunto y enfrentar los desafíos de la crisis climática.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Nailet Rojas Garcia.