La Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit) tiene como razón de ser el contribuir con el fortalecimiento del área de las telecomunicaciones a través de la coordinación, gerencia y ejecución de proyectos tecnológicos, de investigación científica y capacitación de talento humano.
Desde el 2021 está presidida por Dino Di Rosa, ingeniero electrónico con mención en Comunicaciones y un Magíster en Investigación de Telecomunicaciones a Alta Frecuencia, egresado de la Université de Marne la Vallée en Francia.
“Estuve en Francia por allá en el 2009, tuve la oportunidad de hacer un Doctorado en el área, pero en ese momento, Venezuela tenía muchos proyectos importantes en telecomunicaciones y, por amor a mi país, decidí regresar y buscar un lugar donde apoyar desde el área de investigación”, así expresa Di Rosa en una amena conversación para conocer en detalle su experiencia.
—¿Quién es Dino Di Rosa?
Soy Ingeniero en electrónica con una mención en Comunicaciones. Recuerdo que antes no existía como carrera sino que se estudiaba electricidad, después electrónica y después una mención en comunicaciones. También había la electrónica de control que era más hacia la robótica. En esa época, me incliné en las comunicaciones porque estaba el boom de la telefonía celular, en pleno años 90’, era algo novedoso. De hecho, en Venezuela recién se estaba montando la red como hoy la conocemos.
Después de graduarme tuve la oportunidad de trabajar en el área de la petrolera, en la parte de radio láser y luego entré en la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), por el tema de expansión de la fibra óptica; en ese momento, Cantv cambió de una tecnología que tenía que se llamaba PDH a una llamada SDH y hacía falta, digamos, una planificación del todo el sistema. Allí me tocó esa oportunidad, que también era un área nueva porque la fibra en Venezuela se estudiaba teóricamente, pero quienes tenían la práctica eran pocas empresas, entre ellas Cantv.
Después de unos años, estuve un tiempo dedicándome a otras cosas: al arte y a la música. También, siempre he dado clases en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (UNEFA); soy egresado del antiguo Instituto Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas Nacionales (IUPFAN), y bueno, la UNEFA ha sido la consecución de todo el proyecto de lo que era el IUPFAN pero abierta a los estudiantes interesados en la ingeniería. Entonces, esa iniciativa que tuvo el presidente Hugo Chávez de cambiar de un IUPFAN, que era cerrado, a una casa de saberes abierta me llamó mucho la atención y participé en la creación del laboratorio del programa original que inició en Chuao; desde entonces estoy dando clases, desde el primer año.
— ¿Cómo llegó Dino Di Rosa a la Fundación Cendit?
En Francia estuve muy vinculado en el área de desarrollo, sobre todo de antenas, de operación. Después de un tiempo de especialización, en 2012 entré aquí al Cendit, la institución ya tenía siete años de fundación y ya era un ente bastante consolidado. En ese momento, se necesitaba un director de electrónica y entonces se me dio la oportunidad.
Comenzamos con el proyecto de Televisión Digital Abierta, que fue un proyecto bandera, bastante ambicioso en el que se alcanzaron las metas muy satisfactoriamente. Desde esa oportunidad he estado aquí y soy el tercer presidente desde la creación del Cendit.
— Hablemos un poco de lo que hace la Fundación Cendit.
El Cendit fue fundado en el año 2005 y vino a cumplir en dos áreas importantes: por un lado, la de desarrollo e investigación, como lo dice su nombre Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones; nació para hacer prototipos y tener la versión vanguardista del arte de las tecnologías de telecomunicaciones. Esta área es quizás la más desarrollada dentro de la institución, pero también la que tiene más rotación, es decir, el personal que entra al Cendit es un personal que es formado en investigación y en las mejores prácticas en el desarrollo de prototipos de todos lo que son equipos y dispositivos para las telecomunicaciones específicamente; aunque también nos hemos dedicado a otras áreas.
Hemos incursionado, incluso en la parte de la robótica, en electricidad y en la energía eléctrica, -que son áreas que se parecen, pero no son la misma teoría-, digamos que la base de ingeniería no es la misma; sin embargo, hay áreas, por ejemplo, las de altas frecuencias que se aplican en determinados sitios y que se parecen mucho. Entonces, con los conocimientos que tenemos aquí hemos podido apoyar en esas áreas.
La otra arista del Cendit es la de servicios en laboratorios. Esto viene porque al ser la ciencia y la tecnología un interés público, -como lo dice la Constitución de la República-, nos hemos obligado como Estado a garantizar que todos los dispositivos cumplan los estándares o más bien con unas condiciones de salud, salud ambiental, de portabilidad, de compatibilidad para que no se introduzcan equipos que luego sean un problema para los sistemas que ya están. Por esta premisa, se crean una serie de entes, entre ellos el Cendit, con la responsabilidad de evaluar que los equipos que se fabriquen o que se importen al país cumplan con las condiciones para estar en Venezuela; con unas condiciones hechas por nosotros mismos, los investigadores, que estamos dedicados a evaluar cuáles son las premisas que convienen para este clima tropical y para esta forma de trabajo.
— De la presencia de la mujer en el Cendit, ¿qué nos puede decir?
En el Cendit somos pocos, pero mantenemos la paridad de género. Afortunadamente, para nosotros es una ventaja, porque en ingeniería, y sobre todo en la parte de la electrónica, el lado femenino es muy importante.
El aporte femenino ante la ingeniería y el manejo de proyectos es muy significativo y eso se nota en los resultados de los proyectos. Sobre todo, cuando uno trabaja en dispositivos que actúan con el ser humano y en la sociedad; el hombre por más pragmático es un poco frío ante la interacción de los equipos con los humanos. Bueno, es tan importante la mujer en el Cendit que desde el lugar como presidente a los cargos más importantes han sido ocupados por mujeres.
— ¿Qué opina del lema del MinCyT: Hacer ciencia para la vida?
Ciencia para la vida, es muy significativo. Es que la ciencia ha venido desarrollándose de una manera antagónica porque el científico desde el inicio está aislado de su cotidianidad. La aproximación que se hizo de la ciencia y la cotidianidad fue con la ingeniería, pero tampoco fue hacia la vida, fue hacia un desarrollo industrial para supuestamente generar bienestar; al partir de una ciencia que realmente no estaba relacionada con preservar la vida y el ambiente, sino que era simplemente una ciencia para descubrir cómo funciona la naturaleza para ver si la dominamos o la modificamos. Bueno, esa forma de trabajo nos llevó también a una ingeniería que hacía máquinas para simplemente solucionar problemas sin pensar si podría generar otros más graves.
Al final nos fuimos por satisfacer una mala interpretación de lo que es el bienestar y pensar que era para satisfacer necesidades más bien mundanas o por placeres. Toda la tecnología se fue hacia esa área, digo tecnología como resultado de la aplicación de la ciencia en algo cotidiano. Peor aún, eso incursiona en la medicina, allí también parte de un laboratorio con unos procedimientos muy cerrados que vienen de unos principios académicos que no salen en ningún momento de la naturaleza, salen de unos pensadores que creen tener la razón de lo que debería ser el bienestar.
Quiero decir, si comparamos lo ancestral con lo que se está desarrollando en la ciencia nos damos cuenta que hay un abismo. O sea, la ciencia no toma en cuenta ningún saber ancestral que sí viene de la vivencia con el ambiente y por razones obvias de evolución, lo ancestral trae consigo la búsqueda de un bienestar y de preservar la vida.